Escuer y Bernal

8 de junio de 2009

DE LA MALA GENTE

Alberto Chimal

Las sirenas son los títeres de guante del Rey del Mar, que usa de teatrino las rocas de los arrecifes. Cuando los barcos chocan y naufragan, fascinados sus marinos por la belleza ilusoria —pero esto, claro, no hay quien viva para contarlo—, salta el escenario, caen las fundas de piel y pelo y las manos del Rey, enormes, con cien dedos cada una, salen del agua y toman los cuerpos. Para entonces ya surgió el resto de él, sus brazos, su torso, su cabeza, y ya está abierta la boca, que tiene mil filas de dientes de roca verdinegra.