Escuer y Bernal

5 de agosto de 2009

UN CUADERNO DE PESADILLAS

Ricardo Chávez Castañeda


Así sea este un cuaderno de pesadillas, no está hecho sino de palabras. Inofensivas palabras que podrían ser cogidas una por una, igual que insectos, puestas entre las manos, acalladas a fuerza de oprimirlas.


Las palabras son resistentes, sin embargo. A diferencia de los insectos, tardan años, muchos años, en morir de asfixia. Para acabar con este libro, por ejemplo, se necesitarían treinta y tres mil pares de manos apretadas contra sí, como en un aplauso congelado, durante décadas y décadas.


Se imaginan. Más de quince mil personas, sin hacer otra cosa en la vida que tener las palmas apretadas frente a su pecho para ponerle fin a este cuaderno. Visto desde lejos no parecería lo que es, un ejército de verdugos, sino el peregrinaje de un pueblo entero en acto de oración. Toda una religión del odio que parece amor, de guerra que parece paz.


Quince mil personas ocupadas en destruir la obra de una sola persona.


Ese es el peso del terror en el mundo.