Escuer y Bernal

1 de julio de 2012

CIUDAD ROJA


En mi ciudad los lectores de periódicos nos hemos convertido lenta pero inexorablemente en vampiros. Buscamos las páginas rojas que sabemos de antemano chorrean sangre. Nos relamemos desde que abrimos el periódico. Los vespertinos son de hecho sólo páginas rojas. En los cruceros los conductores vampiros devoramos primero con los ojos los titulares sangrientos y compramos ávidos de detalles de las masacres con manos temblorosas, para saborear con fruición y voluptuosidad la sangre.