Escuer y Bernal

10 de mayo de 2012

SOPA DE PASTA


Nina Femat

Como siempre, salimos a comer a las dos en punto, Jaime, Lula, Yolanda, el licenciado Gutiérrez y yo. Nos sentamos en la mesa de la fonda, sopa de pasta, arroz, guisado con ensalada, postre, cuarenta pesos. Plátano o huevo estrellado en el arroz, tres pesos. El licenciado Gutiérrez, jefe de todos los demás, se espera a que nos terminen de servir el agua de limón, se afloja la corbata, se pasa la mano por el pelo y dice “como les iba diciendo, mantenerse en el liderazgo no es cuestión sólo de solvencia, no señor, son muchas las variables que…” Me sirven la sopa, hay una pequeña mosca azul agonizando entre fideos y cubitos de zanahoria. El licenciado Gutiérrez guarda silencio, todos me miran. Tomo la cuchara, la meto en la sopa, cierro los ojos, abro la boca y trago la cucharada con todo y mosca azul, siento el leve movimiento de las patas y las alas en mi garganta, abro los ojos y digo “bzzzz…”

Al día siguiente, a las dos y diez estoy sola en la mesa de la fonda. Dos mesas más allá, el licenciado Gutiérrez les explica algo a Jaime, Lula y Yolanda. Nadie me mira. Creo que es tiempo de buscar otro trabajo.