Escuer y Bernal

8 de junio de 2009

ENTOMOLOGÍA

Edilberto Aldán


Dios existe y se ocupa de cosas importantes: a mano traza sobre el cuerpo de los insectos diferencias definitivas para que ninguno de ellos sea exactamente igual al otro. El trabajo divino se encuentra a simple vista en la coloración de algunas especies, momentos sublimes de este empeño son el tornasol metálico del caparazón del escarabajo del trigo, las transparencias añil en las alas de la libélula o el lomo atigrado del piojo de los libros. La mosca, sabedora de la obsesión que asalta la voluntad divina, frota sus patas mientras observa displicente la vehemencia de los rezos con que intentamos distraer la atención de ese artista dedicado.