Escuer y Bernal

17 de junio de 2009

ENGENDRAMIENTO DE MUÑECOS

Arturo Villalobos

Les llaman ventrílocuos porque sólo pueden hablar a través de muñecos. Pero el ventrílocuo también es un muñeco, aunque ya no se siente como tal y le repugna acordarse de sus tiempos de muñeco, cuando tenía que pasar un largo y penoso estudio de años recibiendo clases de un ventrílocuo experto. Durante años y años el muñeco dice lo que el ventrílocuo quiere que diga. Y a fuerza de costumbre, palabra a palabra, apunte tras apunte, perorata sobre perorata, el muñeco logra asimilar las palabras del maestro ventrílocuo, su forma de gesticular e incluso su manera de andar. Entonces sobreviene el milagro: el muñeco se gradúa como ventrílocuo, deja de pensar como muñeco y toma a su cargo nuevos muñecos para enseñarles el arte de la ventriloquía. El proceso se repite cíclica, incansablemente, puesto que algo hay que hacer con el tiempo.